Si tuviera que elegir entre todas las películas que he visto, lo tendría difícil, sin embargo, La vida es bella es aquella de la que siempre me acuerdo, me marcó mucho. Ya lo he comentado en otro post, consiguió hacerme reír y llorar al mismo tiempo, 😉
Hoy queriendo hablar de valores, pensé varias películas, y hubo una par de cosas que hicieron que me decidiera por ella, sobre todo una. En un montón de pelis vemos amor (del bueno) por todos lados, respeto, empatía, libertad, y un sinfín de valores muy importantes, por supuesto, para mí, todos los que he nombrado son fundamentales.
Elegí esta película por dos valores principalmente. El primero, esa fuerza del protagonista, para que en un momento tan pésimo tenga la capacidad de decidir cómo sentirse, cómo actuar, cómo pensar y así lograr lo que veis, que mediante el sentido del humor ese padre, por encima del sufrimiento quiera la felicidad de su entorno, sobre todo de su mujer e hijo, y también por sí mismo, claro. El segundo valor, el sentido del humor. Así es que desde mi punto de vista, estas son las dos características de La vida es bella, la resiliencia y el sentido del humor.
Para mí, ambos valores, son fundamentales en mi vida. La resiliencia, ese impulso que nos hace levantarnos después de un momento duro, ese saber quedarse con lo bueno de cada suceso que nos ocurre que, en principio es horrible, esto es lo que a mí, personalmente, me hace crecer, evolucionar, ser mejor persona, y sobre todo, dejar de ser una víctima, lo cual alegra a todo mi entorno, no solo a mí. 😉
¿Qué decir del sentido del humor? Ayer una persona me decía: «Ana, no paro de bailar, nunca lo había hecho, y me dicen que parezco otra, que estoy super simpática». Pues genial, eso es lo que yo recomiendo, reír, decir todo aquello que nos saque una sonrisa, y si puede ser una carcajada, todavía mejor.
Me estoy acordando de que el otro día decía un artículo que alguien colgó en Facebook algo así: Las personas que dicen burradas (o algo así, groserías tal vez) son más felices. Pues bueno, yo os animo a que seáis naturales, espontáneos, lo que yo suelo llamar «buen rolleros», que digáis todo lo que os haga reír a vosotros, porque seguramente a vuestros amigos también les hará gracia.
Para mí, por muy complejo que sea un momento, ya lo hemos visto en la peli, cuando hay sentido del humor, se queda en mucho menos. Así es que, yo decido reírme todo lo que puedo, ¿qué decides tú?
Os invito a que lo hagáis (seguro que más de uno ya lo hace y sabe sus efectos) porque si os reís, un montón de hormonas por vuestro cerebro comenzarán a «impregnar» el mismo, os creará adicción. De este modo, mediante la risa y la buena onda, seguro que conseguís que la gente sea más feliz estando con vosotros, aunque sea por esos momentos, y que esté deseando compartir su tiempo contigo. Esto te hará más feliz a ti también, y es un círculo que nunca tiene por qué cerrarse.
Os mando un gran abrazo, mil gracias por vuestro tiempo, ¡muchas gracias!
Que seas tan feliz que no sepas si vives o sueñas, 😉
Ana (www.organiccoaching.es)