La ilusión, lo que nos mueve a hacer o dejar de hacer…

Hola, qué tal?

El otro día hablaba con una persona acerca de la ilusión, y la verdad es que me hizo reflexionar y por eso, he decidido dedicar unos minutos para hablar de ella.

Puede resultar en principio una palabra con  connotaciones negativas, por ejemplo, ser un iluso no creo que le guste a nadie. De hecho, la primera vez que se habló de esta palabra en su sentido positivo fue en el año 1977, en el Diccionario de uso español de María Moliner, en el que se hablaba de la idea de tener esperanza para lograr algo especial. No fue hasta 1982, cuando se recogió esta acepción: 2. f. Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo. 3.f. Viva complacencia en una persona, una cosa, una tarea, etc.

Seguramente la ilusión no sea lo mismo que la felicidad, y sí el camino hacia la misma. Supone el no mirar hacia atrás, sino mirar siempre hacia delante, es decir, marcarse metas, objetivos, planes que tenemos y que deseamos que se conviertan en proyectos, en realidad.

Tal y como veis en el vídeo, la motivación para alcanzar metas es fundamental, y lo que va a hacer que estemos motivados, que nos marquemos un plan de acción y que lo llevemos a cabo, es la ilusión. Sin ilusión, no veo probable que alcancemos nuestras metas, ya que suele ocurrir que a la mínima caída, lo dejemos y vayamos hacia otro sitio.

En el vídeo se habla de desafíos, de inventar nuestro futuro, y esto último me encanta. Inventar nuestro futuro. ¿Qué podemos hacer para inventar nuestro futuro? caminar, dirigirnos al objetivo con ilusión, con alegría, con la esperanza de que vamos a conseguir aquello que tanto anhelamos. Como creo que ya he comentado alguna ocasión, para la mayoría de personas, pueda resultar mejor tener metas a corto plazo, y paso a paso ir acercándonos hacia la meta final, hacia la cima de la montaña. Las metas a largo plazo, a veces, hacen que lo veamos tan lejano, que nos vayamos desanimando hasta «tirar la toalla».

La lucha incansable, con tesón a pesar de las posibles caídas, el no permitir que los estados de desilusión, de desmotivación se alarguen demasiado en el tiempo, es lo que desde mi punto de vista, va a hacer que podamos forjar nuestro futuro.

La diferencia entre las personas triunfadoras y las que no lo son (que por cierto, no se llega a ninguno de los dos puntos de un día a otro) es esa, la lucha frente al abandono; la positividad frente a la negatividad; poner el alma en lo que se hace o simplemente hacer algo con desidia; tener la capacidad de transportarnos al futuro o quedarse estancado en el presente, o lo que es peor, en el pasado.

Hemos de ser coherentes, sabiendo que la felicidad completa no existe, ser realistas y aspirar a una felicidad razonable; ésto junto a la ilusión, sí que son los ingredientes básicos para una existencia lo más placentera posible.

Os deseo un año 2013 lleno de ilusión, cómo no; de bonitos proyectos, de trabajo, de salud, de amor, de buena compañía, de más días «soleados» que días «nublados», de tener ganas, de sentirse agradecido a todos lo que os ayuden a sentiros bien, de alegría, y de todas esas pequeñas cosas que hacen que nuestro día a día tenga algo de especial.

Un abrazo y muchas gracias por dedicarme estos minutos!

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Ana C. Vidal-Abarca.

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