Hola, ¿qué ta estáis?
La verdad es que tenía ganas de hablar sobre este tema, ya que tanto en mi vida personal como en algunos procesos de Coaching, sale el famoso tema del egoísmo.
A veces me encuentro con personas que hacen cosas que realmente no les apetece, y cuando les pregunto el por qué, me encuentro con este tipo de respuestas:
-«me sabe mal»
-«es mi obligación»
-«¿qué puedo hacer si no?»
Empezaré con una definición de Richard y Rachel Heller que me encanta: «El egoísmo sano consiste en respetar las propias necesidades y sentimientos aunque los demás no lo hagan. Sobre todo si los demás no lo hacen».
Mi opinión es que una persona que vive excesivamente sacrificada por los demás, acaba siendo más dañina, tanto para ella como para los demás, que una persona que tiene la capacidad de anteponerse para ser capaz de transmitir seguridad y satisfacción con lo que va a hacer y con su vida en general.
Si estamos constantemente priorizando las necesidades (o incluso los caprichos) de los demás, es probable que nos genere situaciones de estrés que pueden acabar fácilmente en estados depresivos. Si realmente nos preocupa ayudar tanto al bienestar de los demás, está claro que sintiéndonos así va a ser complicado.
La cuestión de dar, dar y dar sin ningún tipo de medida, es que también puede ocasionar un efecto negativo en las personas que son receptoras de tanta abnegación, ya que pueden sentir que están en deuda con nosotros. Es fácil ver este tipo de conducta en madres, y en algún momento puede ser causa de angustia de los hijos, ya que piensan que han de pasarse toda la vida agradeciendo a sus madres que hayan hecho todo lo que hayan podido hacer. También ocurre en el ámbito laboral, imaginad alguien que os ayuda todo el rato, incluso sin pedirlo, creo que el sentimiento subyacente es: «¿qué debo hacer yo por ti ahora?». No sé si es eso lo que de verdad queremos transmitir a los demás.
Yo me pregunto qué tiene que ver en todo esto la cultura judeocristiana y nuestros padres, que tantas veces nos han dicho que ser egoísta es malo. Más de una vez he escuchado a alguien dicendo: «es que es buenísma/o, la palabra ‘no’ no la tiene registrada en su vocabulario».
El problema que pueden encontrase estas personas tan sumisas es que los demás no le den valor a todos sus esfuerzos por hacer felices a los demás, casi pasa a ser una obligación, que cuando no se hace, cuando uno llega a hablar y decir que «no», se le juzga.
En algunos casos, la entrega desmedida hacia los demás puede venir por una baja autoestima, que se procura aumentar haciendo lo que sea por ganarse/mantener el aprecio de los demás. Al final puede ocurrir que la persona se sienta frustrada ya que o no recibe nada, o muy poco,o cuando lo recibe sienta que puede venir por el tema que he abordado antes, porque pensemos que es algo que nos dan a cambio de algo, no porque les apetezca de verdad.
Cuando realmente no queramos o no podamos hacer o decir algo porque sentimos en nuestro corazón que simplemente no queremos, podemos decirlo tranquilamente, e importantísimo no justificarnos, ya que esto hará ver que no estamos totalmente convencidos de que estamos actuando como queremos, algo así como si sintiéramos que notenemos derecho a decir simplemente «no».
Como ya he comentado en un artículo anterior, creo que hablaba de la asertividad, no se trata de portarnos mal con los demás, de no quererles bien, se trata más bien de encontrar un equilibrio entre lo que entra y lo que sale, ya que si sale más de lo que entra nos podemos sentir vacíos. Esto implica que si de fuera no entra mucho, dárnoslo nosotros mismos, sintiéndonos bien al hacerlo, esto es fundamental.
Conclusión, vamos a querernos a nosotros mismos al menos tanto como queremos a los demás.
Os paso este enlace de la película » mi vida sin mí» y de las cosas que ella quiere hacer para sentirse bien antes de morir.
Un abrazo a todos, muchas gracias por dedicarme un ratito de vuestro tiempo.
Ana.
Muchas gracias y muy interesante. No es fácil de controlarlo en el día a día.Saludos.
Gracias a ti, me alegro de que te haya parecido interesante.
Algunas cosas en la vida son cuestión de práctica, y esta puede ser una de ellas, 🙂
Un saludo.