Ok, voy a hacerte una pregunta.

«Si pudieras cambiar una parte de tu cuerpo, ¿qué cambiarías?»

La primera vez que vi el vídeo, pensé que mi barriga. Sí, seguramente sería eso.

Lo acabo de ver por tercera vez y el sentimiento es diferente al anterior. Paro el vídeo en el minuto 1.49 y reflexiono sobre la crueldad de los niños y adolescentes en el colegio…Fíjate  que a pesar de los años, estas dos personas se acordaban todavía de qué insultos les proferían…Dumbo, frente grande…

Entran los niños en acción y mi emoción se transforma en ternura, en pensamientos positivos que tienen mucho que ver con la dulzura de los menores.

«Una cola de sirena», «quizás una boca de tiburón», «tener tele transportación en mi cuerpo», (confieso que este a mí también me encantaría). «Quisera alas para volar», este me gusta muchísimo. Volar, esto me recuerda a alguien…;)

Adoro todas y cada una de las respuestas, cada una de las sonrisas y cada una de las miradas, adoro la niña que dice que no cree que haya nada que cambiar, y adoro a la niña que dice que en realidad a ella le gusta su cuerpo. ¿No veis maravillosa esa capacidad de aceptación? y qué me decís con respecto a los que les gustaría cambiar algo, ¿qué diferencia notáis con respecto a los adultos? Yo aprecio, (en el sentido más amplio de la palabra), que los cambios que quieren los niños hacen referencia a sueños, que son SOLO de ellos, quieren alas para volar, colas de sirena, patas de chita para correr más, oídos punteagudos, boca de tiburón.

Yo me quedo con eso, con esa capacidad que a veces se nos escapa a los adultos de mirar hacia adentro, de hacernos preguntas que tengan que ver sólo con deseos nuestros, solo con nuestros sueños, obviando aquello que «parece» que es más bello, o tal vez que se «espera» de nosotros.

Una vez más los niños me enseñan cosas, ellos son fuente de inspiración para mí, quiero ser como ellos, limpia. Quizás nos estén enseñando algo de autoconfianza, algo sobre autoestima..

Gracias, gracias y gracias por leerme. Os mando un fuerte abrazo.

Que seas tan feliz que no sepas si vives o sueñas.

Ana.   www.organiccoaching.es

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El espejo en el que nos miramos

Vídeo

A veces me pregunto en qué espejo me miro, en qué espejo nos miramos.

Hablo de los demás sobre cualidades que admiro en ellos y ni siquiera saben que las tienen. A veces también me ocurre que los demás hablan de mí y tengo la sensación que hablan de otra persona. ¿Qué está ocurriendo?

Si hablo de mí, y pienso que es algo bastante generalizado (por lo que me llega de mis clientes y/o entorno), tiene mucho que ver con nuestro nivel de autoexigencia. Queremos ser los mejores padres, los mejores amigos, hermanos, parejas, novios, profesionales, los que mejores jugamos a tal deporte, y un largo etcétera que tal vez, solo digo tal vez, nos esté impidiendo disfrutar más de lo que tenemos.

Mirad qué cambio de opinión tienen los niños del vídeo de su madres, ¿no os habéis emocionado? Yo sí. Me parece increíble, y yo pensaba mientras lo veía: «¿para qué ponen el foco todo el rato en lo negativo?»

Es algo que me llama la atención, está claro que es muy positivo hacer esa toma de conciencia y  darnos cuenta de qué hay en nuestra forma de relacionarnos que puede ser mejor, y por supuesto y lo más importante: «una vez que ya tienes el insight (eureka), ¿qué vas a hacer para cambiarlo?».

Quiérete, valora lo bien que haces las cosas, repasa el «yo, me, mi, conmigo» que nos enseñaron en el colegio. Si tienes dudas, te invito a que preguntes a las personas que más te conocen y te quieren qué es lo opinan de ti. Seguro que te sorprenderás, 😉

Yo tengo pasión por los niños, algunos ya lo sabéis, por su ternura y sinceridad, por esas miradas inocentes, por esa espontaneidad. Si tenéis niños cerca, tal vez sea una buena idea escucharles.

Por cierto, me encantó lo que dijo una mamá, «me gustaría ser mejor en tomarme tiempo y solamente escuchar». Solamente escuchar…

Quiero daros las gracias por leerme, por todos aquellos que estáis creyendo en mí en este momento, por los que lo  hacéis desde el principio de esta viaje. ¡Muchas gracias!

Que seas tan feliz que no sepas si vives o sueñas.

Un abrazo, Ana.

www.organiccoaching.es

 

No es lo mismo dar las gracias que ser agradecido.

Vídeo

Pensaba yo en la diferencia  que existe entre dar las gracias y ser agradecido, y me encontré este vídeo que me ha logrado hacer llorar. ¿Qué veis?

Dar las gracias ha de ir con un sentimiento sincero de estar agradecido, dar las gracias ha de salirnos del corazón, ha de removernos, ha de hacernos ilusión, ha de hacernos (en algunos casos) temblar el alma, ha de hacernos pensar algo así: «Ostras, de verdad me encanta este gesto de agradecimiento». De esto modo, es una espiral, alguien nos hace cualquier cosa, le damos las gracias con cariño, las recibe con cariño, vuelve a estar agradecido, y eso, según mi opinión, tiene la fuera de unir personas.

¿Qué valor aporta un «gracias» sin sentimiento? Ojo, que para mí también hacen faltan, al menos denotan educación, sin embargo, la pregunta es: ¿Y qué más te aporta?

¿Qué beneficios tiene ser agradecido? Si queréis conmover a la otra persona, si queréis ponerle valor a lo que os ha hecho, si queréis que de verdad sepa cuán agradecidos estáis, demostrárselo. Seguro que hay mil maneras de hacerlo, seguro que gracias a tu imaginación encuentras unas cuantas buenas opciones para hacerle llegar que de verdad, le agradeces muchísimo eso que te ha aportado. Sea lo que sea.

Me encanta marcar la diferencia entre ser agradecido y estar agradecido. Esta agradecido puede ser algo momentáneo, se pasa. Ahora estoy agradecido y luego ya no. Sin embargo, ser agradecido, como bien sabéis, perdura. ¿Qué quiero decir exactamente? Pues que vais a estar agradecidos no solo en el momento en el que os están haciendo ese «favor», regalo, ofreciendo una oportunidad, o lo que sea; sino que vais a tener la capacidad de recordarlo, no olvidarlo es muy importante para que cuando podáis, le hagáis ver a la otra persona que realmente le pusiste  valor a su acción, que tú también puedes hacer «mover el alma».

Fijáos en el vídeo, para mí es súper potente. Una clave para poder ser agradecido de corazón, de la manera más profunda, es estar atento, escuchar, observar. A veces se nos dicen cosas, que si estamos atentos, son una gran oportunidad para hacer algo por los demás, incluso para agradecer algo, 😉

Como veis en las imágenes, el empleado del banco conoce perfectamente a sus clientes, me parece absolutamente conmovedor. Sabe cómo puede hacerles felices, sabe cómo agradecerles, sabe de ellos. Lo cuento y me emociono. Ojalá esto sucediera más a menudo.

Valores tan importantes como la humildad, el respeto y la empatía, navegan en el mar del agradecimiento, ahí lo dejo.

Gracias también a todo el mundo que ha confiado en mí, tanto en el plano personal como profesional, me siento muy afortunada. Muchas gracias.

Gracias a mi marido, amigos, hermana, mentora Eva Sánchez,  nuevos amigos de Fundesem, gracias a los profesores, tutora, y demás personal; gracias a todos mis grandes gurús del coaching, por enseñarme el camino, y lo primero, por tener la humildad suficiente de «dejarme» estar de un modo u otro (aunque sea virtualmente) entre sus amigos y/o contactos. ¡MILLÓN DE GRACIAS!

» Que seas tan feliz que no sepas si vives o sueñas»

Ana  www.organiccoaching.es

El poder del sentido del humor

Vídeo

Si tuviera que elegir entre todas las películas que he visto, lo tendría difícil, sin embargo, La vida es bella es aquella de la que siempre me acuerdo, me marcó mucho. Ya lo he comentado en otro post, consiguió hacerme reír y llorar al mismo tiempo, 😉

Hoy queriendo hablar de valores, pensé varias películas, y hubo una  par de cosas que hicieron que me decidiera por ella, sobre todo una. En un montón de pelis vemos amor (del bueno) por todos lados, respeto, empatía, libertad, y un sinfín de valores muy importantes, por supuesto, para mí, todos los que he nombrado son fundamentales.

Elegí esta película por dos valores principalmente. El primero, esa fuerza del protagonista,  para que en un momento tan pésimo tenga la capacidad de decidir cómo sentirse, cómo actuar, cómo pensar y así lograr lo que veis, que mediante el sentido del humor ese padre, por encima del sufrimiento quiera la felicidad de su entorno, sobre todo de su mujer e hijo, y también por sí mismo, claro. El segundo valor, el sentido del humor. Así es que desde mi punto de vista, estas son las dos características de  La vida es bella, la resiliencia y el sentido del humor.

Para mí, ambos valores, son fundamentales en mi vida. La resiliencia, ese impulso que nos hace levantarnos después de un momento duro, ese saber quedarse con lo bueno de cada suceso que nos ocurre que, en principio es horrible, esto es lo que a mí, personalmente, me hace crecer, evolucionar, ser mejor persona, y sobre todo, dejar de ser una víctima, lo cual alegra a todo mi entorno, no solo a mí. 😉

¿Qué decir del sentido del humor? Ayer una persona me decía: «Ana, no paro de bailar, nunca lo había hecho, y me dicen que parezco otra, que estoy super simpática». Pues genial, eso es lo que yo recomiendo, reír, decir todo aquello que nos saque una sonrisa, y si puede ser una carcajada, todavía mejor.

Me estoy acordando de que el otro día decía un artículo que alguien colgó en Facebook algo así: Las personas que dicen burradas (o algo así, groserías tal vez) son más felices. Pues bueno, yo os animo a que seáis naturales, espontáneos, lo que yo suelo llamar «buen rolleros», que digáis todo lo que os haga reír a vosotros, porque seguramente a vuestros amigos también les hará gracia.

Para mí, por muy complejo que sea un momento, ya lo hemos visto en la peli, cuando hay sentido del humor, se queda en mucho menos. Así es que, yo decido reírme todo lo que puedo, ¿qué decides tú?

Os invito a que lo hagáis (seguro que más de uno ya lo hace y sabe sus efectos) porque si os reís, un montón de hormonas por vuestro cerebro comenzarán a «impregnar» el mismo, os creará adicción. De este modo, mediante la risa y la buena onda, seguro que conseguís que la gente sea más feliz estando con vosotros, aunque sea por esos momentos, y que esté deseando compartir su tiempo contigo. Esto te hará más feliz a ti también, y es un círculo que nunca tiene por qué cerrarse.

 

Os mando un gran abrazo, mil gracias por vuestro tiempo, ¡muchas gracias!

Que seas tan feliz que no sepas si vives o sueñas, 😉

Ana    (www.organiccoaching.es)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Si no tuvieras miedo, ¿qué harías?

 

sin-miedoJusto hoy pensaba todo lo que ocurre cuando se tiene el valor de salir de la zona de confort. Pasan mil cosas que, seguro,  si sigues en ella no van a pasar. No digo que todas salgan perfectas, seguro hay cosas que  no salen como esperamos, sin embargo, ¿qué significa salir de la zona de confort? para mí, significa estar vivo, es aquello que marca la diferencia entre vivir y sobrevivir.

Nuestra fuerza interior radica ahí, en nuestra libertad para escoger en cada momento qué es aquello que queremos hacer, qué es eso que nos hará más felices, o simplemente felices si (todavía) no lo somos. Eso es algo que tenemos en común todos los seres humanos, la libertad, eso que nos da alas para decidir dónde estar, con quién estar, qué hacer, cómo hacerlo y además, asumiendo la responsabilidad, eso es importante tenerlo en cuenta. Somos responsables de nuestra vida.

¿Qué pasa que nos cuesta tomar decisiones importantes aunque sepamos que es lo mejor?

1.Tenemos creencias que nos limitan, y  las tenemos tan interiorizadas, que ni siquiera somos conscientes de ellas cuando las decimos. Nos las creemos, sin más. Alguien dijo que era así, y nos lo hemos creído. O tal vez fuimos nosotros mismos por algo que nos ocurrió.

2.El pasado…ufffff, el pasado nos condiciona, esa dependencia emocional a aquello que conocemos. Ese «más vale malo conocido que bueno por conocer». ¿Estás seguro/a de esta afirmación? ¿Cómo lo sabes?

3.El miedo, el miedo a qué va a pasar si tomo la decisión de romper con ese «algo» que durante tanto tiempo perteneció a mi presente. El miedo es lo que te impide vivir tus sueños.

Tal vez te sientas atrapado en una relación que no te gusta, o en un trabajo que no es lo que realmente quieres para ti. Puede ser que tengas miedo, miedo a quedarte y también a irte. Quizás te hayas sentido o te sientas un poco oprimido por vivir la vida que otra persona ha decidido que vivas, por no ser tú quien lleva las riendas de tu vida, el timón de tu barco.

La difícil y dura elección de una separación, no llega de la noche a la mañana, suele ser un proceso de mucho tiempo, en ocasiones incluso de años. Al igual que ocurre con un trabajo. Uno no suele decidir que no es eso lo que quiere una noche, y ¡zas!, lo dice a la mañana siguiente. Eso no es lo más común, no es así de sencillo. Estas decisiones no llegan solas, llegan con un sentimiento de angustia, después de haber experimentado momentos de decepción, de soledad, de valores que no están alineados, de muchas y muchas horas de llanto, preocupación, altibajos, resignación y vuelta a empezar, muchas horas de reflexión.  Después, lo que llega es ese deseo de encontrarse a uno mismo y con uno mismo, esa búsqueda de la libertad, de tranquilidad e incluso (por lo menos yo lo he vivido así), de decir: «Aunque estemos juntos, yo me siento sola,  siento que estamos desunidos.Las actitudes ante la vida, los valores, el analfabetismo emocional,  el «yo,yo, yo» nos separan».  Esa toma de conciencia, para mí, es fundamental.

Invito a todas las personas que no sean felices con su vida a que hagan (con toda la valentía que sea posible) una instrospección, y que decidan, (sabiendo que solo se tiene una oportunidad, que cuando muramos, se acabaron las opciones) qué es lo que de verdad quieren.

Decía Osho: «La responsabilidad es una cara de la moneda, la otra es la libertad. Si no quieres responsabilidad, tampoco tendrás libertad, y sin libertad, no existe el crecimiento». Nos cuesta asumir la responsabilidad de nuestra propia vida, de nuestras propias decisiones, sin embargo, ese es el camino a la libertad.

 

Le quiero dedicar este post a alguien a quien adoro, respeto, y admiro. Va por ti y por tu valentía, si decides que sea ahora. Si no, cuando sea.

Gracias a todos y todas por leerme y por seguir dedicándome tiempo y esas palabras de cariño que tanto valoro y me llegan de manera más privada. Muchas gracias y un abrazo.

Pd. Que seas tan feliz que no sepas si vives o sueñas.

Ana    www.organiccoaching.es

 

 

Un pedacito de mí.

un pedacito de mí

Ayer, en una formación que estoy haciendo, nos pidieron escribir una carta a quien quisiéramos, contándole nuestro propósito ahora mismo. Esto es muy personal, algunos, los más cercanos, y los que me leéis, ya sabéis que ando inmersa en un proceso de acogimiento de menores. Me salió del alma, escribir estas palabras, las cuales quiero compartir con vosotros para que me conozcáis un poquito más. Ahí voy:

«Hola, ni siquiera sé cómo te llamas, ni de qué sexo eres, ni cuántos años tienes, ni de dónde vienes, ni adónde irás, ni cómo eres, ni cómo quieres ser, ni dónde estás ni dónde llegarás. Tampoco sé de qué color es tu piel, ni la forma de tus ojos, ni tu raza, en definitiva, no sé nada de ti. Sin embargo, estoy deseando que vengas, tenerte en casa con nosotros, con Tim y Tokio también».

«Otra cosa que no sé, es cuánto tiempo te quedarás con nosotros. Ojalá que mucho, para que todos tengamos la oportunidad de aportarnos lo mejor de nosotros mismos y que un pedacito de cada uno de nosotros, se quede para siempre en el otro».

«Mi propósito es enseñarte que hay varias formas de amar, de educar, de vivir en familia. Mi propósito será que nunca juzgues a tu mamá o tu papá,  que un día decidieron que lo mejor para ti era tomar un poco de distancia. Tal vez, ni siquiera lo decidieron ellos. En cualquier caso, se hizo lo que se creyó que era mejor para ti».

«Mi propósito será que comprendas y valores lo bueno de tener dos familias. Si hablamos de mamás, te diré que tienes dos mamás, la mamá de barriguita y la mamá de corazón».

«Quiero transmitirte lo que creo que en un futuro te puede ayudar  a ser más feliz, que aprendas a cuidarte (por dentro y por fuera), que seas todo lo bondadoso/a y compasivo/a con los demás, sobre todo con los que más lo necesitan, que seas empático/a, ya que jugarás con ventaja a la hora de relacionarte con los demás, esto te hará mucho más respetuoso, que seas alegre, que sueñes, que digas siempre cómo te sientes, cómo te quieres sentir, qué quieres y qué no quieres, que ayudes, que seas solidario/a, que crezcas y te desarrolles a nivel personal y profesional, que seas humilde y transparente, que busques tú tu destino».

«Quiero saber que estarás bien, que nosotros aportaremos en la medida de que podamos, un pedacito de felicidad a tu vida en el tiempo que estés con nosotros».

«Mi propósito, es ser feliz, para que a ti, y a todos los niños y niñas que estén con nosotros, poder darles todo aquello que se merecen y necesitan sólo por el hecho de ser niños».

Gracias por leerme, un abrazote dominguero, 😉

Pd: Que seas tan feliz que no sepas si vives o sueñas.

Ana    (www.organiccoaching.es)

 

 

El mejor regalo para a tus hijos: tu ejemplo

Vídeo

Mientras pensaba qué título ponerle a este post, se me me acumulaban las opciones.

Mi cabeza va a mil y al mismo tiempo se me ocurrían ideas para desarrollar lo que quiero plasmar.

Ya había visto el vídeo hace mucho tiempo, y una vez más, gracias a una «amiga virtual» de Facebook, lo he recuperado. Gracias Ledap Green!

Voy a intentar poner orden, ahora mismo la emoción casi no me deja pensar.

Huelga decir que los menores nos ven como un ejemplo a seguir, los mayores somos sus ídolos. Nosotros los educamos, los protegemos y los cuidados, los mimamos, queremos lo mejor para ellos…¿o no?

¿Qué piensas qué ocurre si gritas o tratas mal a tu pareja? ¿Cuánto crees que te puede amar? ¿Qué crees que siente por ti? ¿Lo has pensado alguna vez cuando te enfadas? Pues aunque odie el «deberías», deberías hacerlo, deberías pensarlo. Todos, todos deberíamos pensarlo.

Yo sólo te voy a dar una razón para esta reflexión, y es tu hijo o hija, o el menor que viva en tu casa. Le estás sentenciando, ¿lo sabes? es muy probable que él o ella sigan tu patrón de conducta, y ¿sabes adónde les llevará? te lo digo, a que estén solos toda la vida, a que les tengan miedo, a que nadie les ame en el sentido más amplio y profundo de la palabra. Ta vez consigan tener pareja, no importa, seguirán estado solos. Tú eres mayor, tú decides, los menores no. Por eso este tipo de aprendizaje se llama aprendizaje por modelado o imitación, porque nos van a imitar, somos sus modelos a seguir.

¿Qué ocurre cuando tratas sin respeto a alguien porque no ha hecho algo bien (según tu opinión)? ¿Crees que cuando te des la vuelta se habrá olvidado de tus palabras? Te puedo asegurar que no, esas bombas de relojería, como suelo decir yo, les van a estallar una y otra vez en la cabeza, produciendo una ruptura en su interior, un impacto negativo que tardará mucho en desaparecer, en el mejor de los casos; a veces no se olvidan nunca. Mucho dolor, te lo aseguro.

Si quieres lo mejor para tus hijos, te invito a que reflexiones sobre qué legado les estás dejando, qué les estás regalando. Si quieres su felicidad, que seguro que sí, lee con ellos, que te vean leer; sé amable con el resto como a ti te gusta que sean contigo y así ellos lo serán con los demás, y a su vez, los demás con ellos, y eso les aportará felicidad. No veas tele basura, ¿qué te aporta?

Sé cuidadoso con la naturaleza, es un regalo que tenemos que nos ha caído del cielo, aprovéchalo y haz que los niños lo valoren.

No te recomiendo que fumes ni consumas alcohol (a lo bestia) delante de ellos, te querrán imitar también cuando sean mayores, y no hace falta que diga cuáles serán las consecuencias. Sé sano, en definitiva. Ni hablar de las drogas, obvio. Los niños son eso, niños, que no tontos, se dan cuenta de todo.

Si queréis que sea sincera, que os cuente por qué me ha removido tanto este vídeo, es principalmente porque odio los gritos. Los odio con todas mis fuerzas, es el arma de los débiles, de los que no tienen argumentos. Odio las faltas de respeto. Pienso que no hay forma mejor de que la gente nos tema, se aparte de nosotros, quiera estar cuanto más lejos mejor, y les creemos inseguridad, que gritando y con faltas de respeto. También porque después de mi experiencia colaborando en una clínica de adicciones, he podido ver que muchas personas caían en una adicción o bien siguiendo un ejemplo de sus padres, o porque habían visto mal trato físico y/o psicológico, o porque sentían un vacío tremendo, algunas personas que ni trabajaban ni estudiaban. ¿Quieres eso?

Educar desde el amor, hablar siempre con respeto, no gritar, ser empático y pensar que no todos somos iguales ni hemos pasado por las mismas experiencias, pensar que hoy puede ser un buen día para mí y fatal para la persona que tenemos al lado…lo que se suele decir ponerse los zapatos del otro.

Si queremos que nuestros hijos sean líderes (en el sentido más personal de la palabra), si deseamos que sean alegres, que la gente sienta buen rollo cuando están con ellos, que trasmitan paz, que sean tan amables y humildes que las personas se sientan bien cuando están ellos; es un trabajo que se ha de hacer desde niños. Me encanta la gente buen rollera, estoy casi segura de que en su ámbito familiar ha habido mucho amor y respeto.

Por cierto, seguro que nadie que esté leyendo estas palabras tenga nada que ver con los adultos del vídeo. Si es así, si en alguno de los ejemplos te has visto reflejado, yo te pregunto esto: ¿para qué?

 

Un abrazo fuerte, muchísimas gracias por leerme.

Pd. Que seas tan feliz que no sepas si vives o sueñas.

 

Ana  www.organiccoaching.es

 

 

¿La ayuda que no ayuda o la ayuda que ayuda?

Vídeo

 

Mezcla de sentimientos es lo que traigo hoy por estos lares, ;).

Impresionante cuán diferentes somos, o a mí me lo parece. Personas (a las que no les dedicaré mucho tiempo) a las que lo único que les importa es mantener su estatus bien alto, siempre, y lo más importante, que los demás lo vean…

Sin embargo, otras personas, las que a mí me interesan, las que tienen esa gran capacidad de dar amor, que es incontable e incontenible. Nunca se cansan.

 

La madre Teresa de Calcuta dijo una vez: «Uno de los mayores padecimientos es no ser nada para nadie»; e incluso el Papa Francisco afirmaba el otro día: «Al mundo le hace falta llorar más». Estoy muy de acuerdo con los dos, la verdad.

No nos acordamos de cuando éramos pequeños, ¿verdad? no te acuerdas de cuánto amor necesitabas y la ayuda que te ofrecían tus padres y familiares, ¿verdad? (yo tampoco).Pues tanto tú como yo, como todos y cada uno de los niños que nacen en el mundo entero, necesitamos lo mismo. Incluso cuando estamos en el vientre de nuestra madres, necesitamos algunas cosas.

No sólo necesitamos ser ayudados, sino también ayudar a los demás, esto nos hace crecer como personas, madurar, y darnos cuenta de la capacidad tan grande que tenemos de dar, sobre todo amor. Y es gratis.

Según decía Carl Rogers, precursor de la terapia centrada en la persona, las condiciones esenciales para ayudar son: la compresión empática, la congruencia y una actitud de aceptación hacia el otro.

Hace pocos meses conocí a una chica joven (26 años) y enfermera. Ella hablaba de «sus niños» para arriba y «sus niños» para abajo. Un día le pregunte: «Irene, tienes niños?». «Sí y no, no son míos, pero como si lo fueran»; y me explicó un recurso muy poco conocido que se llama acogimiento. Al menos yo no lo conocía.

Algunos niños con historias absolutamente tristes, aterradoras y que encogerían el corazón hasta al más insensible, antes de ir a familias de adopción, están en centros. Sé que les tratan bien, sus necesidades básicas están cubiertas.  Yo no tuve sólo las necesidades básicas, yo tuve mucho más. Tuve mucho amor, me educaron, me inculcaron unos valores (entre ellos la solidaridad), y me respetaban, entre mil cosas más. Contaban conmigo, y me preguntaban que qué quería comer, que si quería piscina o playa, jardín o casa, jugar a una cosa u
otra, en fin, yo era importante.

Le dí unas vueltas a la cabeza a este recurso y se lo comenté a Javi, mi marido. Después de unas semanas dándole vueltas, decidimos ir al curso informativo. En ese momento lo vimos claro, «tenemos que hacer algo por estos niñitos».

Niños que «acompañan» a sus padres a comprar la droga que necesitan, incluso que se los llevan en brazos para atracar un supermercado, a otros los dejan solos durante días porque el alcohol o cualquier otra sustancia hace que se olviden de ellos, madres que durante el embarazo siguen consumiendo drogas y los niños nacen son síndrome de abstinencia…y así podría seguir y seguir. Como es lógico, todas las historias son duras, por eso Consellería entra en escena y se hace cargo de los menores, menos mal. En otros casos, son los padres o madres los que renuncian a sus hijos…

También quiero mencionar a tantos y tantos padres que no es que no quieran, sino que no pueden o no saben cuidar de sus hijos, y desgraciadamente, han de hacerlo otros por ellos. Me refiero tanto a motivos económicos o de salud de los padres, salud a nivel físico y/psicológico.

¿No os conmueve el alma? a nosotros sí, la verdad. Son niños, absolutamente indefensos, NECESITAN de nosotros, de los adultos. Tienen derecho a tener una infancia como la tuya y la mía.

Podemos apartar la vista, hacer que no pasa nada. Podemos vivir en el mundo de felicidad sin medida que nos hemos creado, sin querer ver qué está pasando más allá de nuestra vida, nuestro entorno, nuestro trabajo, nuestra casa, etc. Podemos hacerlo, es verdad.

Tal vez estés pensando que este gesto que parece tan altruista esconde alguna motivación personal. Tienes razón, es verdad. Soy/somos unos grandes egoístas, grandísimos, más de lo que os podáis imaginar; y sabes qué, tenemos claro que este precioso recurso que acabamos de conocer, nos va a aportar tanto, tanto, tanto, que  va a ser mucho más lo que recibamos que lo que podamos dar nosotros a estos niños.

Hay varios tipos de acogimiento, el temporal (fin de semana y vacaciones), el acogimiento simple (de tres meses a 18, creo), permanente (larga duración o incluso hasta indefinido), de urgencia, para niños con problemas. Esto lo digo por si alguien comienza a interesarse, también me podéis preguntar por privado, por supuesto. (ana@organiccoaching.es).

«Al mundo le hace falta llorar más»; pero no llorar más por nosotros mismos, sino por los demás, nos hace falta ser más humanos, poneros en el lugar del otro, emocionarnos con las historias de miles y miles de personas, hace falta que seamos un poco más profundos; o al menos, eso creo yo. Y afortunadamente, la persona que me acompaña y a la que acompaño en este camino llamando vida piensa y siente lo mismo que yo; gracias mil por estar ahí y apoyarme y unirte a mí en esta aventura.

Gracias a Irene por mostrarme el recurso, a su madre Cristina por la amabilidad, las dudas resueltas y por cuidar de tantos y tantos niños a los que seguro les has dejado parte de ti.

Gracias a todos y cada uno de vosotros por leerme, gracias a los que hayáis llegado al al final del post…gracias por estar ahí!

Un abrazo,

 

Ana       http://www.organiccoaching.es

http://www.gaiaacogimiento.org, gaia.acogimiento@gmail.com. Podéis preguntar por Cristina.