Existen personas y personas. ¿Y tú, sabes elegir?

Existen personas

Existen personas.

Existen personas que llegan a tu vida para darte luz, para hacerte temblar, para ayudarte a mirar a tu interior sin temor, porque veas lo que veas, sabes que van a seguir a tu lado, que no te soltarán de la mano, que van a querer permanecer contigo durante el resto del camino.

Existen este tipo de personas, que te dan alas, que te animan a que alces el vuelo, a veces incluso sin dirección; ¿y qué? Volar por volar está bien de vez en cuando, ¿no te parece?

Con este tipo de personas me encanta viajar, donde sea, quizás el camino dure poco, ¿y qué? Yo me quedo con el aprendizaje. Además, ¿qué significa poco? (Ya me sale la vena coach, ;)). Lo que tiene valor es con lo que me quedo, con lo que te quedas de ese instante, quizás ha durado dos segundos, o quizás toda una vida, a veces menos.

Me gusta cerrar los ojos y pensar que están a mi lado, porque soy capaz de sentir, de oler, de ver, de escuchar, y mi cuerpo en ocasiones siente un escalofrío.

Algunas de estas personas no están en mi día a día, a algunas es imposible que les dé un abrazo (de momento), sin embargo, ¿qué más da? Dicen que solo muere el que no es recordado (o algo así). Pues tengo la suerte de que en estos casos, mi memoria me hace regalos, así que me siento sumamente afortunada.

Me gusta viajar a las estrellas con esta clase de personas, ver nuestro mundo desde allí y arriba y pensar con ilusión (me encanta esta palabra).

Cuando conozco a personas que son así, ruego que ojalá estén conmigo mucho tiempo, nutriéndome, sonriéndome, enseñándome, haciéndome sentir como si fuera la niña de 6 años que le encanta disfrazarse y sentirse de mil maneras distintas.

A esta clase de personas con las que uno es capaz de conectar con apenas unas milésimas de segundo, me encanta decirles cómo me estoy sintiendo. Es verdad, esto no me pasa todos los días, sin embargo, cuando me pasa, como decía la canción siento aquello de «como una ola» y me gusta bucear, saltar, cantar, volar, jugar, soñar, reír e dejarme introducir por esa vorágine marina.

Si te encuentras con personas así, qué suerte, ¿no te parece? Aprovéchalas, disfrútalas, hazlas parte de ti y deja que un pedacito de ti (si es posible) quede también en ellas. Ámalas, sin más, sin menos.

Del resto de personas que habla la imagen, las del polo opuesto, hoy no voy a hablar, hoy no tengo el cuerpo rebelde, quizás otro día le dedique algo de mi tiempo.

Gracias se me queda corto, en serio, para expresar lo que siento por todas esas personas que habéis estado, estáis y/o estaréis en mi vida (sí, doy las gracias por adelantado, ;D)  porque todo lo que soy y que no era, todo lo que era y ya no soy, es gracias a vosotros.

Gracias mi querida Luciana Miguens, no sólo por la imagen, sino porque aquellos momentos donde tú y tu familia me mostrasteis otra forma de expresar el amor, otra forma sufrir, otra forma de despedirse de personas como las que he descrito en este post. Gran familia, gran amor os tengo. Os quiero con locura. Martín…¿qué decir?

Os mando a todos un abrazo muy fuerte, y os invito a que hagáis los comentarios que os nazcan, esta es vuestra casa, ya lo sabéis.

«Si me necesitas, silba. ¿Sabes silbar?».

Ana (www.organiccoaching.es)

 

 

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s