Quizás pienses en por qué la gente se preocupa por ti, por qué la gente quiere estar contigo, por qué la gente te dice que les haces más felices, por qué sientes que aportas.
¿Qué le ofreces tú a la vida?
Es puro Karma, aquello que das, te será devuelto.
Si das amor, amor recibirás. Y si no es así, lo siento de veras, no era la persona adecuada.
Si eres amable, la gente será amable contigo, y si no es así, piensa qué quieres hacer.
¿Qué parte de responsabilidad hay en ti?
¿Hace cuánto que no revisas tu autoestima? Tal vez esto tenga que ver.
Si tienes respeto por los demás, los demás te respetarán a ti. Y si eso no sucede, si con alguna persona esto no te ocurre, dime:
¿Cómo lo vas a gestionar?
Si ofreces alegría y felicidad, estoy casi segura de que vas recibir lo mismo. Haz la prueba, sé simpático/a con alguien que no lo está siendo demasiado. Quizás no haya suerte, no me llames para echarme la bronca, por favor. 😉
La generosidad, llama a la generosidad. El amor llama al amor.
Si abres tu corazón, si confías, la gente confiará en ti.
Si eres sincero, es probable que los otros también lo sean. Si mientes, te pillarán, y la poca o mucha confianza que habían depositado en ti, se esfumará en menos tiempo de lo que puedas imaginar. Creo que es muy difícil volver a recuperarla.
Si eres de los que disfruta con las pequeñas (grandes) cosas de la vida (muchas gratis) hazlo saber, te lo recomiendo, ya que a veces, necesitamos «tan solo» un abrazo, un atardecer, un amanecer, una palabra bonita, un beso, que nos hablen o que nos escuchen, una señal de que importamos.
No soy yo de pedirle a nadie nada con respecto a que hagan o dejen de hacer, sin embargo, en este sentido, sí te invito a que des amor, porque como nos decía El principito:
«dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar».
Lo que quiero decir es que compensa con creces dar, no solo porque es bien cierto que vamos a recibir, sino por el hecho de dar, de lo que somos capaces de sentir cuando damos. Eso creo yo, vamos.
Os mando un abrazote y por supuesto, gracias por vuestro tiempo.
«Si me necesitas, silba». 😉
Completamente de acuerdo.
Gracias, Humberto!
La triste realidad es que no siempre es así, pero lo que jamás hay que perder de vista es que, aunque no recibas lo que das, lo más importante es que tú des lo que te apetece, sin esperar nada a cambio y, por descontado, que des aquello que de verdad te haga sentir bien y, sin duda, hay mejores vibraciones en lo positivo que en lo negativo 😉
¡Feliz día, Ana! 😉
Ya, a veces o no se ayuda o se hace con un interés (a parte del bienestar que produce ya de por sí el hecho de aportar algo).
Sin embargo, pienso como tú, lo más importante es lo que uno dé y cómo se sienta.
Feliz día, feliz día!!! Un abrazote! 😉
¡Otro grande para ti, Ana! 🙂
¡Coincido enteramente! En muchas ocasiones no recibimos de «esa» persona específica lo que dimos, pero infaliblemente recibimos de otra, ya que «lo que damos, vuelve». Al final el balance siempre es positivo. Excelente post! Besotes 🙂
Sara
Hola, Sara!
Disculpa el retraso, lo acabo de ver…
Opino como tú, a veces, no es de la persona que nosotros deseamos, esperamos, creemos, sin embargo, de otra será…
Lo que damos, siempre vuelve, siempre. Al menos, eso me gusta pensar a mí.
Muchísimas gracias, Sara. Gracias por tus palabras y por tu tiempo!
Besotes y un abrazote, 😉
Ana
¡Otro inmenso para ti, querida Ana! ❤