¿Todo vuelve?
Hace un par de semanas quedé a comer con una persona, un referente a nivel profesional y ahora que lo conozco personalmente, también en este sentido. Antonio Moar, no deja indiferente. Bueno, ambas áreas van unidas, desde mi punto de vista.
Bueno, el caso es que el metro no me llevaba hasta donde habíamos quedado y cogí un autobús. Voy a pagar, saco 20€ y me dice el conductor que imposible, que no puedo pagar con este billete, que busque cambio. Ok, lo hago y nadie tenía. Pánico.
De pronto, sube un señor, yo diría que cubano, no estoy segura, y me dice que me espere, que va a mirar. Me aproxima un billete de 5€ y me quedo mirándole con cara de imbécil, en plan: «ok, y ahora, ¿cómo lo hacemos?». Me dice que no, que me olvide, que pague y ya está. Un montón de emociones se apoderan de mí, sobre todo, me sentía súper agradecida, súper agradecida.
En la comida con Antonio, surge este tema, dar, dar, dar sin esperar recibir nada, sabiendo, que la vida, casi siempre es generosa y nos lo devuelve con creces, a veces, incluso con una sonrisa maravillosa. El tema de la bondad, de dar mediante el amor, del que ya he hablado, me gusta tanto, me impregno cada vez más y más de ese halo de paz, y me siento bien, por tener la capacidad de dar y también por poder recibirlo. Muy afortunada, la verdad.
Cuando salíamos de la comida, hablando de este tema de nuevo, retrocedo en el tiempo y le cuento: «Ayer estuve con otra persona comiendo, cuando me dirigía al restaurante, vi a un chico pidiendo trabajo, en el suelo, con un perro. También pedía comida».
Paré en seco y saqué todo lo que tenía suelto, me acerqué y le pregunté: «Hola, ¿cómo estás?». En ese mismo momento me sentí, otra vez, un poco imbécil, porque pensé que se trataba de una pregunta retórica. Pues bien, me miró y me dijo: «Bien, bien, estoy bien». Os juro que su cara, sus ojos, los tengo grabados en la retina, y confieso, que no puedo dejar de emocionarme. Me marché.
Pues bien, le decía a Antonio:
«Todo vuelve, yo ayer saqué todas mis monedas y se las di a alguien; hoy, cuando yo lo necesitaba, fue otra persona quien me ayudó a mí».
Mi conclusión es que si si te gusta dar, si disfrutas de verdad ofreciendo algo con el corazón, cuando no lo esperes, como me ha pasado a mí, lo vas a tener de vuelta. Tiene que salir del alma, como haya alguna intención oculta, la que sea, no va a salir. Sólo cuore. 😉
No suelo dar consejos, sin embargo, hay uno que merece la pena, ya te lo sabes, pero ahí va:
Ama, ama, ama, y ama. Sé AMA-ble, sé ama-ble y sé ama-ble. Todo ese amor, te va a volver con una forma que quizá no sospechas. Perdonar/se, también es bonito…merece la pena.
Gracias por leerme, muchas gracias.
Muy bueno.
Hola! Cuánto tiempo! Qué bueno saber de ti!! Muchas gracias!
Hola Ana. Igualmente. Aquí sigo. No he podido publicar o comentar tanto como antes pero está en mis planes hacerlo. Un abrazo.
Hola! Yo también ando más liada, 😉
Un fuerte abrazo!
Que razón tienes. Me ha gustado mucho.
Rubén, muchísimas gracias! Me pareció increíble! Un fuerte abrazo, gracias por leerme, 😉
Verás, es que: Te ‘nominé’ con mucho cariño, aquí: https://comienzodecero.wordpress.com/2015/12/28/premios/
¡Muacks! — Gracias infinitas, nos vemos, sí?