El coaching no es magia

fotomagia

La semana pasada hablé sobre algunas mentiras que nos cuentan algunos (no juzgo si con buena o mala intención, entiendo que habrá de todo) sobre la maravilla de que la lucha, logra que uno consiga todo lo que desee, de que el esfuerzo es la clave para llegar a nuestras metas. No siempre, no siempre.

Pues bien, hoy quiero expresar otra reflexión que llevo tiempo queriendo plasmar.

Quizás, algunos coaches, quizás algunos coachees (clientes), quizás personas que no son ni coaches ni coachees, piensen que el coaching es magia. Boooooingggggg, boiiiinggg, boiiingggg, boinnnnggg, error, error y de los buenos.

Es como decirle a alguien después de vivir en un país extranjero lo chulo que fue. Bueno, sería interesante e incluso generoso ser sincero, y comentar que antes de aprender el idioma, de adaptarse a la cultura y de sentirse aceptado, lo normal es pasarlas canutas.

Pues esto es igual. Después de un proceso de coaching, bien llevado por ambas partes, tal vez parezca que ha sido cuestión de magia, sin embargo no, ha sido cuestión de esfuerzo, de mucho esfuerzo por ambas partes, y de muchas cosas más.

Por la parte que le toca al coach, los ingredientes que debe aportar son los siguientes:

ética y buena praxis.

honestidad y honradez. Tanto hacia el coachee como hacia uno mismo.

responsabilidad y profesionalidad (experiencia y formación).

respeto/humildad  en un 1000% (como poco)

amor,pasión, ilusión por el proceso. Si no, mejor dejarlo.

confidencialidad sin límites, sin ningún tipo de licencia, y menos sin saberlo el protagonista, es decir, el coachee.

-si pude ir con un poco o mucho humor, mejor, seguro que será bien recibido.

-feeling, rapport con el coachee, es fundamental. Si en algún momento deja de existir sería bueno paralizar el proceso. Esto no lo debe de olvidar tampoco el cliente, si no se siente te sintieras a gusto, no comiences. Si dejas de sentirte cómodo después, déjalo, dilo y creo que merece la pena no invertir tiempo y dinero, mejor con otra persona.

Se me escapa algún ingrediente seguro, pero bueno, espero me lo perdonéis, 😉

Mirad, digo lo de humor porque es un proceso delicado, complejo, y a la vez muy, muy bonito, hay que estar muy seguro de querer hacerlo, y eso para qué, pues sencillo, para que esos momentos de lágrimas, sudor y sangre,(me paso un poco, lo sé) sean lo más llevaderos posible.

No quiero decir que vaya a ser un suplicio, que igual para algunos sí, lo quiero es ser sincera y decirnos que mirar hacia nuestro interior, buscar, hace que encontremos, y de todo aquello que nos encontremos, dudo que todo te vaya a encantar, así que hay que estar preparado.

A mí me suele ocurrir que suelen ser las primeras sesiones las más movidas, en las que se remueven más todas las emociones de los clientes y se comienza a ver qué se hace con eso que gusta menos. 

Vuelvo al tema de la magia, quiero añadir los ingredientes que tiene que aportar el cliente, según mi opinión:

compromiso al 100%, sin compromiso, mejor no empieces ningún proceso, vas a perder (que no invertir) un dinero y un tiempo que quizás prefieras utilizarlo en otros menesteres.

responsabilidad: de la mano del compromiso, obvio.

¿No pensarás que si tú decides que vas a hacer equis para ir acercándote a tu sueño/meta/objetivo y no lo haces, llegues a conseguirlo solo por desearlo, no? No es magia, insisto.

-respeto: hacia uno mismo, hacia el coach y hacia el proceso en sí.

ganas, pasión, ilusión, motivación y de verdad querer. 

-valor: ya he explicado un poco tanto el para qué como el por qué.

En fin, una cosa sí te digo, si el proceso está bien llevado por el coach y si el coachee cumple con su parte, es súper probable que la sensación que te quede después de algunas sesiones sea de magia. Incluso puede que está sensación la tengas fuera de la sesión, en el trabajo, en casa o por la calle. También al final del proceso, no sé, es subjetivo totalmente.

Parece magia amigos, sin embargo, yo le llamo compromiso, esfuerzo y pasión.

Después de poner las cartas (no de magia) sobre la mesa, también seré sincera con esto: un proceso de coaching puede cambiar tu vida, merece la pena pasarlo, os lo digo por experiencia, no es permanente, cuidado con pensar así.

No  hay nada más bello que conocerse bien a uno mismo, es un herramienta muy, muy potente: Os invito de corazón a que os animéis si pensáis que os puede venir bien. Relación coste/beneficios, para mí, increíble.

Por si a alguna persona se le escapa, estoy viviendo en Madrid, así es que estaré encantada de que contéis conmigo para cualquier proceso de coaching, formación y todo lo que tenga que ver con el coaching.

Os agradezco mucho que me regaléis parte de vuestro tiempo, muchas gracias.

«Haz lo que quieres hacer antes de que se convierta en lo que te gustaría haber hecho»

Ana    www.organiccoaching.es

 

 

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