Hace días descubrí gracias a Perdoname Freud vía Facebook esta bonita historia, al menos para mí, y que he querido compartir con vosotros:
Un año antes de su muerte, Franz Kafka vivió una experiencia insólita. Paseando por el parque Steglitz, en Berlín, encontró a una niña llorando desconsolada: había perdido su muñeca.
Kafka se ofreció a ayudar a buscar la muñeca y se dispuso a reunirse con ella al día siguiente en el mismo lugar.
Incapaz de encontrar a la muñeca compuso una carta “escrita” por la muñeca y se la leyó cuando se reencontraron:
– “Por favor no llores, he salido de viaje para ver el mundo. Te voy a escribir sobre mis aventuras …“- Este fue el comienzo de muchas cartas.
Cuando él y la niña se reunían, él le leía estas cartas cuidadosamente compuestas de aventuras imaginarias sobre la querida muñeca. La niña fue consolada. Cuando las reuniones llegaron a su fin, Kafka le regaló una muñeca. Ella obviamente la veía diferente de la muñeca original . Una carta adjunta explicó:
-«mis viajes me han cambiado … “ –
Muchos años más tarde, la chica ahora crecida, encontró una carta metida en una grieta desapercibida dentro de la muñeca. En resumen, decía: -» Cada cosa que amas es muy probable que la pierdas, pero al final, el amor volverá de una forma diferente“- .
Kafka se ofreció a ayudar a buscar la muñeca y se dispuso a reunirse con ella al día siguiente en el mismo lugar.
Incapaz de encontrar a la muñeca compuso una carta “escrita” por la muñeca y se la leyó cuando se reencontraron:
– “Por favor no llores, he salido de viaje para ver el mundo. Te voy a escribir sobre mis aventuras …“- Este fue el comienzo de muchas cartas.
Cuando él y la niña se reunían, él le leía estas cartas cuidadosamente compuestas de aventuras imaginarias sobre la querida muñeca. La niña fue consolada. Cuando las reuniones llegaron a su fin, Kafka le regaló una muñeca. Ella obviamente la veía diferente de la muñeca original . Una carta adjunta explicó:
-«mis viajes me han cambiado … “ –
Muchos años más tarde, la chica ahora crecida, encontró una carta metida en una grieta desapercibida dentro de la muñeca. En resumen, decía: -» Cada cosa que amas es muy probable que la pierdas, pero al final, el amor volverá de una forma diferente“- .
Kafka y la Muñeca… la omnipresencia de la pérdida.
Espero que os haya gustado y que tengáis un buen día, un abrazote.
Gracias por leerme, Ana.
¡Anda! No conocía esta historia. ¡Me ha recordado a los enanos de jardín de la película Amélie! ¿se inspirarían en esta anécdota? 😀 😀
Hola! Yo tampoco la conocía, la verdad.
Pues quizás, quizás se inspiraran en Amélie, ;D
Feliz día, y gracias! Ah, abrazote!
Reblogueó esto en blackandwhitewings.
Hola! Qué tal??
Muchísimas gracias por rebloguear el post. 😉
Feliz día y un abrazote!
Es que el post es genial!!! Gracias a ti!!! Feliz día y otro abrazo!
¡Hola Ana!
—Mira: https://comienzodecero.wordpress.com/2015/09/06/franz-kafka-la-muneca-perdida/ Me ha encantado encontrarme con esta sorpresa; hermosa lección de humanidad, (como digo en mi post, sea cierta o no), y contigo, sobre todo contigo.
Muchos besos cielo. Nos »leemos, vemos…».
Hola!! No me lo puedo creer! Bonita coincidencia, que por otro lado, y teniendo en cuenta lo alineadas que nos encontramos (según parece) en cuanto a valores, no me extraña.
Me ha hecho sonreír, me encanta.
Gracias, bonita! Y sí, espero que nos veamos pronto, 😉