Pues eso parece que me voy a hacer yo, un poco extranjera, y en breve, además.
Algunos y algunas ya sabéis que me mudo a Düsseldorf el mes que viene, y quería hablaros de cómo me siento.
Tengo ilusión, por mejorar mi inglés, por aprender alemán, por conocer gente nueva, por todo. Bueno, casi.
Me apetece mucho salir, me gusta moverme de vez en cuando. Sin embargo, confieso que a veces pienso que estoy demasiado envalentonada, yo ya sé lo que es estar fuera «de casa». Me refiero a fuera de España, a esa sensación brutal de añoranza cuando uno está en otro lugar que no es el suyo, sobre todo los primeros meses. No había caído tanto en la cuenta hasta que me he encontrado este vídeo.
Estoy segura de que mi humor y el de los alemanes es distinto, ya se sabe, «Spain is different». 😉
Caminar por las calles y no entender nada (sí, nada) de lo que están hablando, va a ser, una vez más, curioso, por decir algo. Esto forma parte del descubrimiento global de la cuidad. Y espero que también del país.
Ya me puedo casi visualizar yendo a clase (de inglés) con una vergüenza increíble, sobre todo el primer día, sin saber lo que me voy a encontrar. Esto, gracias a mi carácter, dura tan solo unos días. Sé que de este curso al que me voy a apuntar nada más llegar, sacaré buenos amigos/as.
Lo veo como una oportunidad, de que esas que no se pueden (o mejor dicho, yo no quiero) rechazar, como cuando estuve en París. Sé que va a haber momentos de nostalgia, donde eche de menos cosas y personas que aquí ni siquiera me doy cuenta de si están en mi día a día o no, porque sé que si quiero lo puedo tener sin mucho esfuerzo. Me refiero a algo como ir a tomar un refresco con alguien a quien quiero. O dar un paseo por la playa. Sé que allí le daré mucho más valor a ciertas cosas que aquí, no les doy tanto.
Dejo amigos y amigas, clientes, sensaciones, el mar (eso sí que es una faena), y la montaña donde corro todos los días. No me aferro a ello, al revés.
Pienso que encontraré nuevos amigos y amigas, nuevos clientes y más oportunidades de crecer profesionalmente y personalmente, tengo el río Rin (que está muy bien, ;)), zonas de bosque cerca donde ir a correr, todo esto ya me va a regalar nuevas sensaciones.
Pienso en positivo, en todo aquello que voy a «ingresar en mi cuenta bancaria emocional» que si me quedo, no lo haré.
¿Qué tiene que ver esto con el coaching?
Todo
Todo, porque os hablo del no miedo al miedo, de asumir y darme cuenta (puro coaching) de que voy a tener momentos mágicos y otros menos.
Todo, porque desde el autoconocimiento, sé qué sensaciones me pueden estar esperando, y sé que otras, van a ser una sorpresa.
Todo, porque hablo de salir de la zona de confort e irme a la zona de aprendizaje, y porque hablo de la visualización. Por supuesto que tengo mi propio proceso de coaching abierto para ir a por mis sueños, saltando de meta en meta, de objetivo en objetivo.
En fin, ya me quedan pocos post españoles y espero que muchos alemanes. Os seguiré contando esta increíble experiencia que he decidido vivir.
Os mando un fuerte abrazo, mi más sincero agradecimiento por estar ahí (y cada vez sois muchos más, gracias), y quiero por favor que recordéis, que si alguna vez queréis contar conmigo, lo haré encantada vía Skype.
Que seas tan feliz que no sepas si vives o sueñas.
Muchas suerte en esas nuevas tierras Ana! Te hablo como nómade que soy que me ha tocado, desde niña, mudarme a distintas ciudades. Pocas veces he salido del país pero el destierro igual se siente, la añoranza, nostalgia, etc. Pero a la vez me ha dejado siempre un gran aprendizaje, enriquecimiento interior, flexibilidad, capacidad de adaptación, apertura de mente, creatividad y la gratificación de descubrir cosas por mí misma. Todo el éxito para este nuevo camino… y es que… para encontrarnos primero tenemos que perdernos 🙂
Muchas gracias!!
Sí, yo también prefiero quedarme con el aprendizaje, 😉
Perdonad que no «haga tanto ruido» como me gustaría, voy a mil con el traslado…
Besos y gracias por pararte a compartir tu tiempo conmigo!
Un abrazo!!