Detrás de cada acción hay una intención

forgive

¿Cuántas veces te has preguntado cuál es la intención que hay detrás de la acción que quieres lleva a cabo? 

Os dejo una reflexión que hice la semana pasada sobre el tema del perdón. El martes, impartí una formación en la que una persona me comentaba que, desde su punto de vista, el que perdona lo hace desde un sentimiento de superioridad. En fin, lo respeto y no lo comparto, sin embargo, me gustó escuchar un punto de vista tan diferente al mío, que estoy en lado contrario.

Yo creo que el mayor y mejor perdón viene desde la humildad, desde la más absoluta empatía y así, se puede comprender qué puedo pasar para que esa persona actuara de aquel modo que yo no logré entender en un momento determinado.

Os paso el post que publiqué ayer en La nueva ruta del empleo, por si queréis echar un vistazo. Todos los días, no sólo los jueves, podréis encontrar post que tal vez os parezcan interesantes. Todos están relacionados con el tema de los RRHH.

http://www.lanuevarutadelempleo.com/Noticias/perdonar-para-olvidar

Gracias por leerme, un fuerte abrazo y que paséis un finde lo más bonito posible.

Que seas tan feliz que no sepas si vives o sueñas.

Ana  www.organiccoaching.es

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15 comentarios en “Detrás de cada acción hay una intención

    • Ay mi madre, qué haría yo sin ti!! 😉

      Muchas gracias, estaba a punto de llamar a los del periódico… (Me lo voy a mirar, jajajaj)

      Gracias mil y lo voy a arreglar ya! (Si supieras lo que tengo que deshacer que acabo de hacer…voy a ello)

      Feliz finde!!

  1. 🙂 Ya me lo he leído y te comento…
    Desde mi punto de vista las “ofensas” que necesitan perdonar o ser perdonadas son, la mayor parte de las veces, la gota que colma un vaso. Me explico. Si amas a una persona (amigo, pareja, hermano…) lo suficiente, seguramente no te ofenderán las palabras o actos resultantes de un momento de ofuscación. Sabrás disculpar los exabruptos y esperarás a que pase el mal momento, porque seguro que a ti te han aguantado también otras cosas. En estos casos es muy fácil perdonar y pedir perdón.
    En los otros casos, en los que cuesta tanto pedir perdón y perdonar los motivos creo que son otros.. Yo creo que hay rupturas que no llegan por cosas puntuales y casi siempre una palabra o una acción son la excusa perfecta para distanciarse. Por tanto, en estos casos, aunque perdones o te perdonen seguramente el problema de fondo sigue estando ahí sin resolver y el perdón ni es efectivo, ni creo que sincero y, seguramente, siempre te parece insuficiente.
    ¡¡Vaya rollo!! 😀 😀 😀 😀

    • Jajajajaj, no es rollo, es que te gusta tomarte tu tiempo, eso está bien, yo creo.

      Estoy totalmente de acuerdo contigo, me explico. Si en un momento de ofuscación decimos o hacemos algo que, una vez reflexionado, no es la mejor opción que podíamos haber tomado, yo al menos, espero que no se me tenga en cuenta. Del mismo modo, en ese mismo contexto, intento hacer caso omiso cuando es a la inversa. Coincidimos. 😉
      En el segundo caso que planteas, también estoy de acuerdo, a veces, como digo en el título es interesante ver cuál es la intención detrás de la acción, y si no se hace nada, también se está haciendo algo, con una intención también…Comparto contigo.
      Tengo otra opción, cuando se produce una rotura en nuestro interior, cuando despedimos a la confianza que tanto tiempo (o a veces poco) hemos tardado en construir, y de pronto, Zas, se esfuma. Imagina (me voy al extremo, con la intención de que se me entienda lo mejor posible) que llegamos a casa y nuestra pareja está con otra persona en nuestra cama, o que yendo mal económicamente y pasando nuestros hijos alguna necesidad, descubramos, que no llegamos a fin de mes porque nuestro/a compañero/a tiene una adicción, o una amante o vete a saber…En fin, muuuuuy difícil desde mi punto de vista perdonar estos temas. Al menos para mí lo sería.
      Hablo desde mi experiencia del tema de la adicción, y el hijo no era mío, sino de él. Me costaba mucho entenderlo, ahora lo comprendo un poco más, aún así, es duro.
      Esto sí que es rooolloooooo, jajajjajaja.

      • Pues sí, Ana, las «ofensas» y los «perdones» son de muchas clases y cada uno se debe de tomar como viene y buscar una solución individual para cada uno.

  2. Me sumo al intercambio en este tema profundo que es el del perdón. Bueno, para mi antes que focalizar si pido perdón al otro o lo perdono (casos diferentes) está el perdón a uno mismo. Muchas veces no queremos pedir perdón porque los que no se han perdonado primero somos nosotros, aunque no nos reconozcamos conscientemente que hay algo que sentimos que debemos perdonarnos. Y a veces no aceptamos las disculpas de otros también por una motivación similar. Los demás son espejos nuestros que nos revelan cuestiones que tenemos que resolver, primero, con nosotros, en nuestro interior. También creo que a veces los actos, los gestos, las acciones demuestran más que las palabras. Es un tema que da para profundizar y no está excento de ciertos tintes religiosos, porque en esto de la culpa y el perdón nos han dado varios lineamientos que, a veces, nos apegamos tanto a ellos que olvidamos nuestra propia línea personal 😉 Creo que enriquece más la perspectiva de Viktor Frankl en cuanto a vivir desde la responsabilidad entendiéndola como la habilidad para responder a toda situación ( y esto supone, por lo general, perdonarse primero uno para poder responder ante los demás). Buena reflexión, como siempre Ana 🙂 Besote!

    • ¡Hola guapa!, ¿qué tal? Disculpa por el retraso.
      Sí, estoy de acuerdo contigo, la importancia de perdonarse a uno mismo es fundamental.
      Ahora bien, mientras he vuelto a leer tus palabras una vez más, tranquilamente, se me ha ocurrido una opción más.
      Creo que a veces puede darse a la inversa. Me explico. Pienso que a veces, nuestro perdón llega cuando nos sentimos perdonados y comprendidos por los demás, es en ese momento cuando uno se siente más libre (no sé si erróneamente o acertadamente) para perdonarse a uno mismo. Quizás uno piense algo así como: «si el otro es capaz de perdonarme, yo también he de hacerlo».
      Ahora bien, si esto nunca se diera, o tardara, creo que lo mejor sería que nos pudiéramos perdonar a nosotros mismos y dejar de sufrir.
      Un besito, y muuchas gracias por tus palabras. Me encanta leer que hay muchas opciones que a veces no se me han ocurrido en un momento determinado.
      Ah, efectivamente este tema da para mucho, y al igual que tú, creo que gran responsabilidad con la culpa y el perdón vienen de la religión. Y si no, mira lo que puse yo, mi opción, que he de sentir que los demás me perdonan para perdonarme yo a mí misma/o…
      Por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa…
      Ahora sí, ¡un abrazote y un beso! 😉

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