Quiero compartir con vosotros algo de un libro que tengo y el cual os recomiendo. Se llama El Talking Manager, de Álvaro González-Alorda, seguro que más de uno de vosotros lo conoce.
Brian Bacon (fundador de la Oxford Leadership Academy) que estuvo en un congreso que hubo en San Francisco como conferenciante de segunda (eso dice él). Iban a asistir unos ponentes increíbles, los mejores del mundo (por unos 5.000$ aprox.)
La conferencia iba a girar en torno al 50 aniversario de las Naciones Unidas, y duraba dos días.
Al final, se les pasó a los participantes un cuestionario para que les dieran feedback sobre los conferenciantes y el impacto de sus mensajes.
¡Sorpresa!, ¿sabéis quién fue la gran revelación?
Fue la madre Teresa de Calcuta, a la cual invitaron y se negó porque decía que qué hacía ella en un evento sobre cómo liderar las organizaciones. La pudieron convencer, afortunadamente.
Se subió al estrado y en apenas treinta segundos, se quedó un momento en silencio, y con una voz muy suave, dijo esto:
–“Así que queréis cambiar a la gente. Pero conocéis a vuestra gente? ¿Y les queréis? Porque si no conocéis a las personas, no habrá compresión, y si no hay compresión, no habrá confianza, y si no hay confianza, no habrá cambio.
¿Y queréis a vuestra gente? Porque si no hay amor en lo que hacéis, no habrá pasión, y si no hay pasión, no estaréis preparados para asumir riesgos, nada cambiará.
Así que, si queréis que vuestra gente cambie, pensad: ¿conozco a mi gente?, ¿y quiero a mi gente?»
Según cuenta en el libro Bacon, el mensaje se quedó suspendido en el auditorio y se notaba que había tenido un gran impacto, tan fuerte como cuando alguien escucha una gran verdad…
Este es, desde mi punto de vista, la clave. Tener pasión por nuestro trabajo, amarlo, esto nos va a ayudar a lograr la felicidad. Si hacemos esto, seguramente nos sea más sencillo acercarnos a nuestros colaboradores, lograr que sepan que nos importan, hacérselo saber. Conocerles, y si vemos a alguien triste, preguntar si podemos ayudar en algo, y si vemos a alguien contento, compartir su alegría (no importa si es personal o profesional).
Estas palabras de Teresa de Calculta también han tenido un fuerte impacto en mí.
Preguntad a vuestros colaboradores cómo se sienten, de corazón, empatizar con ellos, intentad ayudarles siempre que sea posible, todos (se supone) estáis remando en una misma dirección. Hablad con ellos, probad a sentir cómo se sienten ellos en un momento determinado, y sí, quererles, sed sus amigos, reíros juntos, viajad de la mano.
(Este post lo publiqué originalmente en La Nueva Ruta del Empleo el 14 de mayo de este año, perdonad que lo vuelva a publicar, me viene bien en este momento).
Muchas gracias por vuestra atención, un abrazote.
Reblogueó esto en VARIETIES !y comentado:
Grande Teresa !
Pues sí, primi! Muy, muy grande, cuánta razón! Si llego a estar yo ahí, termino llorando seguro, jajajaja, menuda lección!
Miss you! 💜