Ayer, en una formación que estoy haciendo, nos pidieron escribir una carta a quien quisiéramos, contándole nuestro propósito ahora mismo. Esto es muy personal, algunos, los más cercanos, y los que me leéis, ya sabéis que ando inmersa en un proceso de acogimiento de menores. Me salió del alma, escribir estas palabras, las cuales quiero compartir con vosotros para que me conozcáis un poquito más. Ahí voy:
«Hola, ni siquiera sé cómo te llamas, ni de qué sexo eres, ni cuántos años tienes, ni de dónde vienes, ni adónde irás, ni cómo eres, ni cómo quieres ser, ni dónde estás ni dónde llegarás. Tampoco sé de qué color es tu piel, ni la forma de tus ojos, ni tu raza, en definitiva, no sé nada de ti. Sin embargo, estoy deseando que vengas, tenerte en casa con nosotros, con Tim y Tokio también».
«Otra cosa que no sé, es cuánto tiempo te quedarás con nosotros. Ojalá que mucho, para que todos tengamos la oportunidad de aportarnos lo mejor de nosotros mismos y que un pedacito de cada uno de nosotros, se quede para siempre en el otro».
«Mi propósito es enseñarte que hay varias formas de amar, de educar, de vivir en familia. Mi propósito será que nunca juzgues a tu mamá o tu papá, que un día decidieron que lo mejor para ti era tomar un poco de distancia. Tal vez, ni siquiera lo decidieron ellos. En cualquier caso, se hizo lo que se creyó que era mejor para ti».
«Mi propósito será que comprendas y valores lo bueno de tener dos familias. Si hablamos de mamás, te diré que tienes dos mamás, la mamá de barriguita y la mamá de corazón».
«Quiero transmitirte lo que creo que en un futuro te puede ayudar a ser más feliz, que aprendas a cuidarte (por dentro y por fuera), que seas todo lo bondadoso/a y compasivo/a con los demás, sobre todo con los que más lo necesitan, que seas empático/a, ya que jugarás con ventaja a la hora de relacionarte con los demás, esto te hará mucho más respetuoso, que seas alegre, que sueñes, que digas siempre cómo te sientes, cómo te quieres sentir, qué quieres y qué no quieres, que ayudes, que seas solidario/a, que crezcas y te desarrolles a nivel personal y profesional, que seas humilde y transparente, que busques tú tu destino».
«Quiero saber que estarás bien, que nosotros aportaremos en la medida de que podamos, un pedacito de felicidad a tu vida en el tiempo que estés con nosotros».
«Mi propósito, es ser feliz, para que a ti, y a todos los niños y niñas que estén con nosotros, poder darles todo aquello que se merecen y necesitan sólo por el hecho de ser niños».
Gracias por leerme, un abrazote dominguero, 😉
Pd: Que seas tan feliz que no sepas si vives o sueñas.
Ana (www.organiccoaching.es)