A mí también, me gusta la gente que ama y respeta a los demás (esto lo añado yo) así como son.
Me viene a la cabeza la infancia, o esta temible pre adolescencia y/o adolescencia con aquella inmadurez que nos hacía (en algunos casos) no entender a aquellos que eran tan diferentes a nosotros. Menuda gracia, pienso ahora, esas bromitas que hacíamos.
Tal vez hayan pasado inadvertidos para nosotros ciertos comentarios destructivos, ciertas críticas que hemos hecho; ¿qué te parece que le ha ocurrido al receptor? ¿piensas que eso se quedó en el olvido? ¡Pues no!
Una de las cosas más duras y que más pasan factura en la autoestima de las personas es esto, la crítica. Pueden perdurar en la memoria años y años, y si ha sido muy traumático, tal vez jamás se olviden, pudiendo incluso recordarse palabra por palabra.
Recuerdo que siendo pequeña (esto lo suelo contar en las formaciones y nos reímos un rato), en el colegio, había un profesor, el de música, que quería que dibujáramos los rostros de los compositores en una ficha y después, escribir lo más importante de sus vidas.Era Bethoven, me acuerdo como si fuera ayer. Le llevé la ficha para no recuerdo qué (fijaos, esto no lo recuerdo) y cuando la vio, la rompió en mil pedazos y me dijo que si lo había hecho a propósito, que era una mierda. Qué pensáis, que me puse a llorar o algo así, pues no. Toda la clase y yo la primera nos empezamos a reir (era una clase un poco rebelde, o tal vez no, cosas de la edad, imagino).
Aunque aparentemente a mí ese comentario no me afectara en absoluto, después de casi 30 años, me acuerdo perfectamente. ¿Creéis que me acuerdo por lo bonito y el buen impacto positivo que tuvo en mí? Dibujar no era, ni es, mi fuerte, pero os tengo que reconocer que a partir de ese día, ya no me hacia tanta gracia lo mal que dibujaba. Pasé de reírme de mí misma (algo que me sigue encantando) a no hacerlo en lo que se refiere a mis dibujos.
Criticar está muuuuy feo, en serio. No aporta ningún valor, al revés, contamina el ambiente, no conduce a nada, sólo a hacer daño. Esto, de niños, puede ser comprensible, a la edad adulta, creo que no…
Hay algunos programas, por decir algo, de la televisión, que sólo se dedican a criticar al resto. No lo puedo ver, ¿por qué se hace? Y lo que es peor, ¿cómo puede ser que tengan niveles tan altos de audiencia? Criticar a los demás crea un ambiente de toxicidad al que creo que no es bueno que estemos sometidos. Produce malestar, al menos a mí, y me sorprende mucho que haya personas a las que les gusta, pero cada uno es cada uno. Agota, al menos a mí me agota y me pongo muy nerviosa.
Piensa qué motivos tienes para criticar: ¿te sientes mal contigo mismo? ¿quieres ganarte la confianza/afecto de los demás? ¿te parece gracioso? ¿tal vez celos y envidia a esa persona y quieras dejarla mal? ¿eso que criticas es algo que también está en ti?
¿Quieres saber algo? si lo que te interesa es tener a personas «sanas» alejadas de ti, no lo dudes, critica.
Si por el contrario deseas que la gente quiera estar contigo, que confíe en ti, y que sienta paz cuando tú estás, no critiques.
Piensa que somos diferentes, nuestras vivencias son también distintas, y no sé, como decía al principio, antes de decir nada, piensa bien qué valor vas a aportar con ese comentario. ¿Merece la pena? (Nunca mejor dicho, ¿merece el dolor que puedes causar?).
Un abrazo y muchas gracias por seguir aquí!
Ana.
Geniales. Ana. No dejes de escribir!
Hola Raquel!
Tú sí que eres genial, guapa!
Con ganitas de verte, 😃.
Un besote y un abrazote de los que duelen, jajaja.
Por muchos años la sociedad se ha encargado de intentar «educar» a través de la vergüenza. Por medio de la crítica hacer que el otro se avergüence de algo que hizo, o no hizo, pero como viene el comentario en forma de crítica, y a veces aniquilante, es imposible para uno defenderse. Así, a veces, vamos adquiriendo, sin darnos cuenta, una indefensión aprendida. Tanto nos machacan con que no sabemos hacer algo, que no servimos para tal cosa, que somos malos, tontos, etc, que nos lo creemos, lo interiorizamos como parte nuestra y así vamos por el mundo. Por suerte hoy por hoy, con esto de la era 2.0, donde uno puede investigar, leer sobre otras realidades, comunicarse por estos medios, es que aprendemos que hay nuevas formas de educar y hay un deseo de romper con viejos paradigmas, por obsoletos, obtusos y arcaicos, que no hacen más que promover el miedo y, una sociedad «educada» cuando no domesticada con miedo, nunca será libre. Gracias por tu aporte para seguir generando conciencia y cambio 🙂
Hola Ana Claudia!
Antes de todo gracias a ti por tu aportación.
Estoy completamente de acuerdo con lo que dices, y afortunadamente, gracias a toda esta «moda» del coaching, inteligencia emocional y demás, por fin, se están dando cuenta que hay otra forma de educar e incluso me atrevo (no tengo hijos) de amar a nuestros pequeños.
Tal vez se estén o se hayan replanteado que si los resultados no eran los deseados, algo de responsabilidad era de ellos (me refiero a padres y profesores).
Sustituir el castigo por el premio creo que es una buena «fórmula».
Un abrazo y muchas gracias por tus palabras.