¡Hola, muy buenos días a tod@s!
Me he levantado con dos grandes noticias, unas bonitas palabras de una colega de Uruguay, Ana Claudia Martínez Eguren, a la cual os invito a que sigáis, os van a encantar sus entradas, sin duda.
Otra cosa que me ha emocionado mucho ha sido este vídeo que os adjunto. Me emociona por dos motivos: uno, porque soy persona, y creo que cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad no se quedará indiferente. Dos, tengo una maravillosa sobrina, Marta, con parálisis cerebral.
Este corto ganó un Goya, fue creado por el padre de un niño con parálisis cerebral, que explica, la gran reacción/relación que tiene la niña con su hermano Nicolás, el protagonista e inspirador de dicho corto. Es real lo que cuenta, al menos también en mi familia.
Mis otros dos sobrinos se deshacen en besos, abrazos, palabras de amor, «juegos», miradas, etc, en especial mi sobrino Javi, que es uno de los seres más tiernos y conmovedores sobre la faz de la Tierra, como mi hermana. No os podéis imaginar cuántas veces al día la puede abrazar, cuando le dice «Marta, eres muy guapa, y te quiero muuuuchooooo», se saltan las lágrimas de emoción. Se llevan seis años de diferencial y siempre la ha tratado igual, Javi es menor.
La protagonista aquí es Marta, y como Nicolás, tiene esa mirada especial, se clava cuando te la dedica, es súper penetrante. Todo en ella transmite emotividad.
Cuando le digo palabras de amor, se siente avergonzada, mira para otro lado y se le pone una sonrisa de oreja a oreja que vale millones, no tiene precio. Como cuando alguien nos dice un piropo y no sabemos muy bien ni qué decir ni dónde mirar, algo así.
Cuando está enfadada (mejor esto no lo describo para no desprestigiarla,, ;)), la táctica que utilizo es decir todas las burradas y maldades que se me ocurren, todas las palabrotas que se me pasan por la cabeza, y como cualquier niño pequeño (ahora tiene 10 años) se parte de risa. Cuando hace eso, me la comería a besos. Tiene una risa tan contagiosa que cuando ella ríe, acabamos todos igual. ¡¡Increíble!! (Lo de las palabrotas sólo lo hago si no hay otros niños delante, obvio,jajaja)
También a veces le llamamos la atención si no se porta bien, y se le llenan los ojos de lágrimas, hace pucheros y en ese justo momento…»crakkkkk» mi corazón se rompe en mil pedazos. La imagen de cómo al niño del vídeo se le llenan los ojos de lágrimas es preciosa, es así, tal cual, está muy, muy bien hecha. No soy capaz de explicarlo de otra manera, es un «crakkk».
No voy a caer en el tópico y decir que un niño así es un regalo de Dios. Para mí no lo es, si tengo que ser sincera, no lo es. Ahora bien, aportan tanto, son capaces de demostrar tantísimo amor sin poder hablar, sin poder darte besos ni abrazos que no se puede describir con palabras ese sentimiento que se crea en uno mismo. Yo al menos no sé. Si pudiera, yo le daría mi voz, y mis palabras; y también mis brazos y mis piernas.
Le doy las gracias a Marta en primer lugar, por «decirme» que me quiere tantas y tantas veces, por abrazarme el alma y dejarme el corazón del tamaño de un botón.
Gracias a mi hermana por esa capacidad de amar, por saber hacerlo como no conozco a nadie en el mundo, por su paciencia, por fomentar siempre el amor y el respeto entre sus hijos, por enseñarme a ser mejor persona.
Gracias a Sedi Vasquez por el vídeo.
Gracias, muchas gracias a Nicolás por ser tan bonito, a su hermana Alejandra y a su padre y madre. Felicidades por esa gran familia y por este indescriptible vídeo, muchísimas felicidades. De verdad que el vídeo es espectacular.
Un abrazo y gracias por leerme, muchas gracias. Os dejo con sentimientos encontrados, la verdad. 🙂
Tú si que me emocionas a mí cuando te leo!!
No dejes de escribir.
Raquel
Ay Raquel, eres un sol siempre ahí apoyándome!! Es lo más bonito que me pueden decir sobre mis entradas, que son capaces de emocionar.
Muchas gracias por acompañarme durante todo este camino!
Un abrazote,
Ana.
Qué dulzura de entrada. Confieso que no vi el video esta vez, ya lo vi y lloré dos veces, anteriormente. Una a solas, otra con mi hija. Y esta vez voy directo a tus palabras y chan, se me conmueve el corazón. Todos los que hemos tenido contacto y vínculo con niños que no se pueden comunicar por la vía convencional, se podría decir, entendemos de lo que hablas. Hay un lenguaje que es de alma a alma, no es con palabras, a veces ni gestos, es esa mirada que uno dice: pucha… no somos sólo esto… no somos solo cuerpo. El amor es algo insondable y, si lo será, que conmueve a través del sentido de tus palabras, atravesando océanos y pantallas. Si esto no es magia, no se qué lo es 🙂
Hola de nuevo, Ana Claudia.
No sabes lo que agradezco tus palabras, intento escribir «de tú a tú», y me alegra saber que mis entradas, según decías el otro día, emocionan, y si encima esta la has visto dulce, no tengo palabras de agradecimiento, decir gracias me parece poco, ;).
Precioso momento, imagino, el que compartiste con tu hija viendo el vídeo, es genial poder inculcar desde pequeños a los que amamos los valores que el cortometraje nos muestra. Comparto lo que dices y yo no lo habría explicado mejor, ese lenguaje de alma a alma que estos niños tan bien conocen, y que con una sola mirada nos dicen tanto y tanto…no somos solo cuerpo; verdad verdadera.
Qué bueno que te haya conmovido, no es magia, creo que es ser uno mismo, no querer ser otro, y hablar desde el corazón, sin pudor, por ambas partes, desde el emisor y el receptor, entonces no hay barreras, yo creo. 🙂