Hola a todos, feliz año y perdón por el «retraso»… espero que todo (o casi todo) os vaya bien. 😉
Hoy, cuando por fin me he decido a escribir, porque afortunadamente tengo todo el día libre, me he dicho,¿ y de qué escribo?
Así es que he cogido un maravilloso libro de Enrique Rojas, La ilusión de vivir, el cual recomiendo, y he abierto en una página al azar. La idea me ha gustado, aunque tenía en mente otra cosa, para no variar.
Bingo, al leerlo no he podido más que reirme, ya que me ha traído muchos recuerdos que ahora os comentaré.
La cuestión que plantea Rojas, es a grandes rasgos algo así. Digo a grandes porque ya veo lo que me voy a enrrollar…
Todos nos debemos preguntar en algún momento de nuestras vidas estas dos cuestiones:
¿quién soy yo? y ¿qué sentido tiene mi vida?
La primera, parece sencilla, sin embargo, no sé si os ha ocurrido alguna vez que alguien os la haya realizado. Tal vez en una entrevista de trabajo, en algún curso o algo similar. Puede ser que haya sido efectuada de una manera algo menos directa.
Cuando tengo la oportunidad de hacerla a mis clientes, lo normal es que se pongan a redactarme un gran listado de todo aquello que les gusta: leer, nadar, jugar con mis hijos, etc. Esa no es la cuestión, es mucho más profunda, y como dice Rojas, tiene que ver con la personalidad de cada uno de nosotros. To find your/myself, encontrarse a uno mismo.
Requiere de una profunda reflexión a la que no todos estamos dispuestos, ni tampoco en cualquier momento de nuestras vidas. Suele ocurrir después de alguna separación, muerte de un ser querido; vamos, después de un cambio.
No es fácil, y tenemos que estar dispuestos a sincerarnos con nosotros mismos y ser lo suficientemente generosos para ver nuestras mayores virtudes, y lo suficientemente fuertes para valorar aquello que conforma nuestro yo que menos agradable.
Esto mejorará nuestra relación con nosotros mismos y con los demás, ya que seremos capaces de incluso reirnos de nosotros antes incluso que los demás de alguna circunstancia.
Ejemplo: Ana, eres una cabezona! Imaginad la situación. Si yo no me conozco a mí misma, posiblemente sería el principio de una discusión. Si es una característica que he «decidido» que sí que tengo, pues me reiré con la otra persona y la cosa cambiará bastante. Incluso seré yo la primera que diga: pero qué cabezona soy!!! Como veis, este ejemplo lo muestra claro, yo creo; mejora la relación conmigo mismo y con los demás.
La segunda cuestión sería, al menos para mí, mucho más compleja: ¿para qué estoy vivo? Casi nada la pregunta, ¿eh?
A diferencia de Rojas, yo prefiero estar más atenta al tema de la vida que de la muerte, sin embargo estoy completamente de acuerdo con lo que él opina.
¿Tiene sentido nuestra vida?, me refiero al sentido más profundo de la palabra.
Creo que es así, que pasamos el día a día sin prestar demasiada atención a aquellos sucesos que nos van ocurriendo. Yo diría que nos dejamos llevar muchas veces.
De repente se produce ese gran cambio en nuestro camino, (esto me recuerda a un nuevo contacto que tengo en Lindedin), y zas, ¿y ahora qué hago?, ¿lo que hacía antes me llenaba?, ¿qué habrá que me guste que pueda comenzar? En fin, un millón de preguntas que poco a poco van encontrando respuesta; a veces porque la situación nos presiona o «simplemente» porque algo ha ocurrido dentro de nosotros.
Al principio del post os comentaba que estas dos cuestiones me sacaban una sonrisa o una risa siempre. Os cuento. Hace unos años, llegó a la clínica un chico con un brote psicótico. Como en muchas ocasiones era de índole místico, muy espiritual; afortunadamente para todos.
Recuerdo que coincidió en el salón de la clínica con otro paciente. Cuando los presenté, el paciente del brote le preguntó muy dulcemente al otro:
– oye Edu, y tú, ¿quién eres?
– Eduardo, si lo acaba de decir Ana.
-no, Edu, yo pregunto que tú quién eres…
-mira tío, no te entiendo, ¿te estás quedando conmigo?
La tensión del otro paciente hizo que interviniera enseguida, pero os aseguro que fue bastante cómico. Le expliqué a Edu (que evidentemente no se llama así) el tema del otro chico y bueno, se sonrió el también. Fue un poco más extenso, pero la esencia es esa.
Quería compartir esto con vosotros, aunque la idea era escribir sobre algo que me pasó esta mañana. Otro día, y espero que pronto.
Gracias por leerme y un abrazote!
Ana.
Muy buen artículo, Ana, sigue escribiendo y nunca pierdas los ánimos, pues bajo mi punto de vista lo haces muy bien. Saludos y gracias por compartir este artículo.
Muchas gracias, Antonio!
Ha sido algo bastante informal, y me alegro mucho de que te haya gustado.
Tu artículo también me ha gustado y ayudado un montón.
Un saludo!
No te preocupes, yo también suelto algún «informal» que otro de vez en cuando en mi blog… jeje!
Saludos!
Muy chulo, Wna.
🙂
Tú sí que eres chula! en el mejor sentido de la palabra, claro, 😉
Gracias Raquel, un besito.
Ana, me ha encantado conocerte!
Eres un soplo de aire fresco!! Transmites vibraciones positivas 😉
Hola Fina!
Gracias mil por tus palabras, para mí un placer también haber coincidido contigo.
Me ha llamado la atención tu positividad. Y menuda fortaleza!! 😉
Un abrazote!