Hola! ¿qué tal?
Lo primero que me viene a la cabeza cuando dicen los chicos al profesor: «ahora pírese, tenemos que empollar», me hace pensar en lo que tiene que ver esto con el Coaching. En las sesiones de Coaching, el que elige siempre su camino es el cliente, nadie mejor que él sabe que es lo mejor que puede hacer, lo que más le interesa y cómo conseguirlo.
Que las decisiones las tome uno mismo, tiene mucha importancia, ya que cuando hacemos las cosas no porque nos las imponen, sino porque lo hemos decidido nosotros mismos, suele salir mucho mejor, el camino será más placentero y el resultado nos llenará de orgullo.
«Empequeñecerse no ayuda; brillar como hacen los niños, es cosa de todos». El miedo nos suele paralizar, así que la decisión que han tomado este grupo de alumnos, me recuerda a los principios del Coaching, de los que en alguna ocasión he hablado:
1.conciencia. 2.autocreencia. 3.responsabilidad.
Creo muy importante mencionar cómo los estados se pueden ir «contagiando», es decir, que si las personas de las que nos rodeamos aprecian en nosotros valentía, optimismo y motivación, les estaremos diciendo indirectamente: «tú también puedes brillar, inténtalo», les ayudaremos a que ellos también se atrevan a buscar su potencial.
Terminan con agradecimiento mutuo, ¿se puede pedir más? 🙂
Yo también os agradezco a vosotros vuestra atención, un abrazo!