Hola, ¿qué tal?
Me encanta este vídeo, que como muchas veces, he descubierto por casualidad.
Resiliencia, una palabra que escucho últimamente bastante a menudo, la verdad. Según dice la Rae, es la capacidad que tenemos de flexibilizar situaciones límite y sobreponernos a ellas.
Me he dado cuenta con el paso del tiempo, que ser resiliente, a veces nos es otorgado, somos así de manera innata, y en otras ocasiones, la mayoría, es algo que tenemos que trabajar.
Se trata de no dejarse llevar por experiencia negativas, no nos conduce a nada quedarnos parados, poniéndonos barreras y adquiriendo una tras otra vez, ese papel de víctima que no hace más que perjudicarnos, psicológica y físicamente. En los momentos en los que pensamos que estamos «hundidos», seguro que tenemos a alguien a quién podemos pedir ayuda, alguien en quien apoyarnos, pero os recuerdo el tema de las conversaciones pendientes, si no pedimos ayuda, tal vez las personas de nuestro no sepan que la necesitamos, ¿no?
Soy consciente, porque me he visto en situaciones difíciles en algunas ocasiones, que hay algunos momentos nos llevan casi a «tirar la toalla», pero ahí es justo cuando debemos marcarnos una meta e ir directamente a por ella, poniéndonos inmediatamente en movimiento.
Esto me recuerda mucho a la clínica donde colaboro, con pacientes con problemas de drogodependencia la gran mayoría. Veo como llegan, absolutamente deteriorados, heridos por dentro y en ocasiones por fuera, es realmente duro. Luego, se empiezan a sentir mejor, más seguros y confiados de su recuperación, y después de haber perdido (en ocasiones), hasta su familia, trabajo, dinero, etc; tienen una meta, curarse, recuperar todo aquello que por la droga han perdido, es realmente para reflexionar, al menos a mí me ha ayudado mucho hacerlo.
A veces, recaen, su nivel de autoestima, confianza y respeto a sí mismos, baja a unos niveles que no os imagináis, y la culpa, arriba del todo. Por más que expliquemos que es normal, que forma parte del proceso, no les vale, sienten que no valen nada, que han fracasado. Afortunadamente, se levantan rápido, si se quieren curar, tiene que ser así.
Los pacientes de los que os hablo, saben mucho de esta palabra: resiliencia.
Luchar, mirar hacia el futuro, olvidar el pasado, buscar gente que nos impulse cuando lo necesitamos. Es posible llegar a donde queremos ir, tendremos que examinar cómo podemos hacerlo, e ir a por ello sin dejar ni un segundo para más lamentaciones.
Desde aquí, con estas palabras, mi apoyo y admiración a todos y cada uno de ellos, y por supuesto, mi respeto, mi cariño y todo aquello de mí que les pueda ayudar a conseguir ponerse bien.
Espero que os haya gustado este post, y que el tema al que hago referencia, os ayude a tomar conciencia de que se puede conseguir prácticamente todo, de un modo u otro.
Os deseo que paséis un buen día, gracias!
Hola Ana! me ha encantado este capitulo de la resiliencia, de algún modo me he visto reflejada en algunos momentos de mi vida y he sonreído, a la vez me dejas meditando con confort en mi interior.un cordial saludo …
Hola Sohora!
Me alegro un que te guste el tema de la resiliencia, creo que es un tema del que vamos a oír hablar bastante.
Sí, la verdad es que yo también me he visto en esas situaciones, en realidad, ¿quién no?, creo que la mayoría de los mortales nos hemos encontrado en momentos duros en los que, tal vez después de tocar fondo, no nos ha quedado otra opción que mirar hacia arriba y empezar a «dar aletas» hasta llegar de nuevo a la superficie y espirar una buena bocanada de aire. Bueno, sí hay más opciones, pero ésta es la mejor! 😉
Me alegro de esa meditación en estado de confort!!
Un abrazo!